Las cámaras, incluso las de resolución mejor que presentan un nivel de automación y inteligencia superior, no son suficientes para ofrecer la máxima seguridad a empresa y áreas residenciales y urbanas. La razón es que hay un detalle que muchos ignoran, sobre todo en la videovigilancia de espacios al exterior: la iluminación.

Ya en otros artículos del blog Arteco hemos hablado de la importancia de la luz en las zonas monitoreadas, dado que la iluminación sola puede convertir un lugar abandonado en más atractivo y seguro. Hay casos, también, en los que la iluminación es fundamental para que las cámaras funciones eficazmente y graben videos con buena resolución o recogen pruebas de escenarios de delitos.

Para arrojar más luz sobre este tema, se necesita considerar 4 parámetros fundamentales para evaluar correctamente la funcionalidad de un sistema de iluminación al exterior.

  1. Intensidad
  2. Uniformidad
  3. Color
  4. Eficiencia

Los estándares actuales sugieren una iluminación mínima de 54 lux (5 footcandle) en las zonas donde no hay transeúntes o riesgos, y que aumente en las zonas de tránsitos de personas y de bienes.

La intensidad luminosa disminuye cuando nos alejamos de la fuente de luz, pero, para que el funcionamiento del sistema de videovigilancia sea eficaz, no tiene que crear zonas de sombra que criminales puede utilizar para esquivar el sistema de seguridad instalado. La uniformidad luminosa se vuelve en un concepto fundamental: los expertos dicen que toda la zona monitoreada debería tener una proporción de 5:1 entre el punto que está más cerca de la fuente de luz y lo de intensidad menor.

Considere este ejemplo: si en un aparcamiento el punto de mayor intensidad es de 300 lux (aproximadamente 28 footcandle) porque está cerca del poste de alumbro, la zona más lejana tendrá que estar iluminada por una luz de 60 lux (aproximadamente 6 footcandle) para mantener una proporción de 5:1. Se debe, sin embargo, considerar que la intensidad luminosa varía según la altura de la fuente, el ángulo de iluminación y la anchura del área iluminada.

El color en otro punto de debate porque en la mayoría de las ciudades puede variar del blanco al amarillo según las necesidades arquitectónicas y artísticas. Sin embargo, la luz blanca y fría es la mejor para las exigencias de seguridad, porque garantizan una visión nítida y sin repentinos cambios de iluminación en las grabaciones.

Esto nos lleva a hablar del tema de la eficiencia. Se trata de una exigencia que todos tienen y que hoy se resuelve con la luz LED que es blanca, duradera y necesita una inversión mínima en instalación y mantenimiento.

Última nota: la zona monitoreada tiene que estar limpia y libre de objetos que pueden causar sombras como árboles y vegetación que, además de producir falsas notificaciones de alarma, los criminales pueden emplear para evitar la vigilancia.


30 octubre 2019 · Categorìas: Sin categoría
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